La primavera ha sido grande para el teatro almeriense, hemos ofrecido seis representaciones tres del VI PETA y tres de la VI PRIMAVERA TEATRAL. Hemos visto y seguido las reseñas del VI PETA.
Acabada la primavera y os presento las reseñas de la VI PRIMAVERA TEATRAL ALMERIENSE escritas por Ramón Pachón.
VI Primavera Teatral
almeriense, organizada por FEALTA, Federación Almeriense de Teatro
Aficionado
14, 15 de abril de 2012
Aló-aló
Tarde de Sainetes
Quién les iba a decir a
los hermanos Serafín y Joaquín Álvarez Quintero, que sus piezas
cortas de teatro sobrevivirían más de cien años y que aún hoy
día, en estas épocas de globalización y vandalismo universal, se
propondrían como actuaciones típicas o modelos de la forma de
comportarse característica de las personas andaluzas... En los
tiempos en los que ellos escribieron, se imponía una cierta moral
burguesa en los escenarios, y acordes con ella, trabajaron un estilo
costumbrista, de tipos populares amables, chistosos, ocurrentes,
dicharacheros, siempre bien intencionados, excluyendo de sus
sainetes, cediéndoselas a las obras de teatro realista, las
narraciones de los problemas y los grandes dramas sociales de su
tiempo.
Hoy día parecería que
esos andaluces tópicos, universales, que asumían la vida como un
desafío de ingeniosidades verbales y buen humor, ya no existen
más...
Y sin embargo sí. Los
hemos visto vivos, y bien vivos, en el escenario de la Primavera
Teatral representados por la compañía Aló-aló que brilla a gran
altura en sus dotes interpretativas y logra hacer creíbles y
perfectamente reales y actuales esos personajes. Esa gracia, esa
viveza del carácter andaluz, esa gala en el vestir y en el decir,
esa especial actitud ante las cosas de la vida, consiguen interesar a
un numeroso público y permanecen vigentes gracias a la labor de
grupos teatrales como esta compañía...
ABBA
Teatro infantil
Simbad el marino
Abba no pone en el
preciosismo la meta de su quehacer teatral. Para empezar, rompe con
la separación tradicional del espacio escénico entre público y
actores, y niega el papel principalmente pasivo del público,
invadiendo el territorio asumido como propio por el espectador. Así,
el que mira desde la última fila, que se cree distante y seguro, ve
un tanto inquieto como vuela hacia él un trozo de gomaespuma
pintada, convertido en algo mágico simbolizando un ave, un pez o
quizá un pirata gigante que vive en el fondo del mar, ve como
aquella cosa le rodea, le roza, y respira tranquilo con una sonrisa
cuando por fin se aleja...
Tampoco pretende un
teatro naturalista o realista, a imitación de no se sabe qué
realidad, ni complicados juegos de tramoya o de investigaciones
tecnológicas. El teatro, la narración, de Abba es directa, sin
tapujos. Los objetos no se insinúan tras una profusión de juegos de
luces veladas, sino que son expresión de sí mismos, con toda
crudeza, en la visión de los materiales pobres que los forman, telas
y maderas pintadas, alambres, cordeles, varillas de acero...
Los objetos, la decisión
personal de cada actor del camino a seguir interactuando entre el
público, el propio público, el ritmo vivo, la música tocada sin
pretensiones, pero con esfuerzo allí mismo, en directo, hacen de
cada actuación algo irrepetible... Todos estos elementos
proporcionados por la práctica del teatro en la calle desde hace más
de treinta años, concluyen sobre el escenario en un espectáculo
difícil de definir, con una gran fuerza, veraz, auténtico, honesto,
puesto que deja a la conciencia de cada espectador cuánto quiere ser
engañado en el sutil juego de ilusiones que es la esencia del teatro
y que nunca provoca indiferencia.
Zoilo
Kerbassi
Magia para
adultos
Magia de
cerca
El completo artificio de
una gran escuela española de magia, todos los elementos del engaño
escénico, de la ilusión, son dominados por Zoilo Kerbassi.
Entre sus dedos que
vuelan y su discurso envolvente y sugeridor se van sucediendo, sin
que el tiempo transcurra, una fantasía tras otra, desgranando
clásicas ilusiones y novedosas sorpresas de su repertorio.
Las cartas levitan, los
pañuelos cambian de color, pequeñas luces mágicas aparecen y
desaparecen de entre sus dedos, grandes anillos se enlazan y
desenlazan a la vista, inexplicablemente, y mil trucos más, se van
sucediendo, cuestiones que la mente renuncia entender para seguir
contemplando con asombrados ojos cosas imposibles, mientras el juego
que el mago comparte con el público, al que pide una y otra vez
participar y bromear con él, continúa... Su facilidad en el trato
con el espectador hacen que el tiempo desaparezca y su diálogo
sumerge al público en un largo instante de entretenimiento
asegurado.
Esto es lo que propone
sustancialmente el mago de Almería, ayudado por la intervención de
los espectadores que se vuelven actores, por un momento, en la
fluidez del desarrollo de su espectáculo: un viaje de la imaginación
a otro espacio de un mundo mágico y, así mismo, un viaje, esta vez
en el tiempo, a una dimensión en la que el reloj se detiene y de
repente da un salto para devolvernos a la realidad del presente.
Largo aplauso.
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